Los fármacos ilegales facturan $1.300 millones por año, contra los $ 13.000 millones de los habilitados. Internet crece como uno de los canales de venta
La venta de medicamentos ilegales ya mueve por año $ 1.300 millones en la Argentina. Esto representa el 10% de los $ 13.000 millones que el sector factura anualmente –producto de la venta de cinco millones de unidades–, lo que marca un avance de los productos truchos. Así lo indica un trabajo del Colegio Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos.
El mercado de los “ilegítimos” es amplio, y comprende tanto a los fármacos falsificados, como adulterados (en los que se agregan o quitan componentes, o se cambia la fecha de vencimiento), contrabandeados (drogas que no fueron aprobadas en la Argentina), sin registro (autorización del ANMAT) y robados.
Se trata de un negocio en constante transformación. “Hasta hace unos años, lo más habitual era la falsificación de medicamentos de bajo costo y alta circulación, generalmente de venta libre como Bayaspirina, Buscapina y Sertal. Pero se ve cada vez más la adulteración de drogas oncológicas y antiretrovirales, cuyas dosis pueden costar entre $ 2.000 y $ 5.000”, dijo María José Sánchez, coordinadora del Programa de Pesquisa de Medicamentos Ilegítimos de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), el organismo encargado de aprobar los remedios que se venden.
“Lamentablemente la adulteración es difícil de detectar, dado que este proceso se realiza con pocas unidades, pero de mucho valor”, señala Sánchez.
La operación suele contar con la participación de personal hospitalario y los propios pacientes, que venden las ampollas y frascos vacíos de estas drogas, generalmente provenientes de programas oficiales, para ser rellenadas. Esta transacción puede tocar los $ 200 por ampolla.
Las autoridades y los especialistas sostienen que el control de estas situaciones no es simple. Y esto se basa, sobre todo, en los distintos canales de comercialización que existen.
Las estimaciones oficiales señalan que en el país hay 300 laboratorios medicinales, 400 droguerías y 12.000 farmacias, lo que dificulta su inspección y fiscalización. A esto se le deben sumar cerca de 60.000 kioscos, 25.000 supermercados, 4.000 estaciones de servicios y 3.000 gimnasios, todas vías habituales de venta de diferentes medicamentos.
Pero a esto se le debe agregar otro fenómeno. Hay más de 300 páginas web que venden medicamentos sin ningún tipo de restricciones.
Así, el mundo virtual se consolida como una alternativa para comercializar remedios robados, sin autorización y de contrabando. “Sólo de un fármaco, el RU 486 (la famosa pastilla abortiva, no autorizada en la Argentina), se comercializan on line unas 8.000 unidades por año, a 200 euros cada una”, denuncia Marcelo Peretta, presidente del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Argentina, y director de la carrera de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides.
Aunque no existen cifras concretas, entre los medicamentos más vendidos en las cyberfarmacias también aparece un remedio oncológico comercializado bajo el nombre de “Green Sap”, que ni siquiera tiene la aprobación del ANMAT.
El robo de medicamentos es otro capítulo de esta saga. En la Argentina se roba una farmacia por día, y de cada 10 robadas, dos se vacían.
Del stock que se sustrae de estos comercios, parte se reinserta en el circuito comercial, principalmente a través de kioscos que no necesitan comprar medicamentos con factura.
Otra parte va al consumo ilícito y el abuso de sustancias.
María Gabriela Ensinck
Fuente: El Cronista
31.08.09
Fuente: El Cronista
31.08.09