Los medicamentos, carísimos en Colombia.

Colombia se convirtió en uno de los países más caros para tratar enfermedades. El incremento en el costo de los medicamentos está por encima de Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. Así lo denunciaron las agremiaciones médicas, la Iglesia Católica y los voceros de los pacientes de alto costo.

Durante el foro sobre ‘Medicamentos En Emergencia Social’ realizado en las instalaciones de la Universidad Nacional, expertos del tema coincidieron en que las patentes y la protección de datos facilitan los monopolios de medicamentos.

Por eso sugirieron al Gobierno utilizar las licencias obligatorias, las importaciones y suprimir la protección de datos de prueba para bajar los gastos, en lugar de recurrir a los ahorros de las familias.

Para Alberto Bravo, director de la Asociación de Industrias Farmacéuticas Colombianas (Asinfar) «los medicamentos que tienen desangrado al sistema de salud son 30 que no tienen competencia y que se recobran porque los diferentes sectores de salud pagan los precios exorbitantes».

Bravo aseguró que el monopolio de las multinacionales «impide que haya una competencia sana. El Gobierno Nacional no ha tomado ninguna medida para corregir esa irregularidad». Dejó en claro que hasta el momento no existe una política para «realizar una difusión sobre el incremento de los medicamentos con sus debidas justificaciones».

Asimismo reiteró que en Colombia hay libertad de precios y que «lo único que podía establecer ese control es dejarlos al tope de los ocho países de la región, pero el Gobierno no ha cumplido con esa obligación».

Una de las situaciones más agudas que refleja la crisis del sector salud en Colombia, según Bravo, es que «para salvar vidas anualmente nosotros tenemos precios seis veces más costosos que en el Perú, Ecuador, Brasil y Centroamérica».

En el foro se dijo que la declaración de Emergencia Social se pudo evitar modificando mesuradamente la actual política de precios que bastaría con una circular de la Comisión de Precios; de igual manera, se habló de conceder licencias obligatorias.

Bajo ese análisis el Sector exigió al Gobierno Nacional una reforma profunda, que incluye la revisión de la política de precios.

Por su parte, el director de la Fundación Ifarma, Francisco Rossi, afirmói que «eso se debe al carrusel de corrupción que se montó con los productos más nuevos que, en su mayoría, tienen protección de propiedad intelectual, que son exclusivos en el mercado y que son los que más se están promocionando», indico Rossi.

El investigador dijo que en Colombia la política de precios de medicamentos corresponde a la Comisión Nacional de Precios y es la misma que puede modificar en 24 horas la regulación, mediante una circular.

«Se podría decir que la culpa es de la Comisión, pero realmente habría que saber en qué contexto se mueve, y es al final parte de una política en la que las decisiones que afectan a la ciudadanía se toma con los actores que tienen intereses»,dijo Rossi.

Señaló que los laboratorios nacionales estuvieron de acuerdo en la libertad de precios y ahora se arrepienten porque la libertad de precios, sobre todo, favorece a los monopolios que tienen patentes o protección de datos y protección de propiedad intelectual.

Una familia en Bogotá gasta en promedio al año 383 mil pesos de su bolsillo en salud

Los gastos varían según el estrato. En las familias pobres llegan a los $231 mil anuales, mientras en los altos superan los $ 828 mil.

Las familias estén o no afiliadas a algún régimen del Sistema de Seguridad Social en Salud para que los cubra con los servicios, tienen, sin embargo, consultas, urgencias o medicamentos que deben pagar de su propio bolsillo.

En Bogotá estos gastos imprevistos o forzados por cada hogar ascienden, en promedio, a 383.203 pesos al año, concluyó un estudio hecho por el Centro de Proyectos para el Desarrollo (Cendex) de la Universidad Javeriana.

Son costos que se diferencian según el grupo socioeconómico. En el estrato 1, el gasto anual en promedio asciende a 161.471 pesos; en el estrato 2, a 231.253 pesos; en el 3, a 283.466 pesos; en el 4, a 411.447 pesos, y en los niveles 5 y 6 superan los 828.273 pesos.

El estudio, realizado sobre una muestra de 1.328 hogares bogotanos y con datos actualizados al 2009, estableció que el 87,% de los gastos que deben asumir las familias directamente son por servicios ambulatorios (urgencias y consultas médicas) y compras de medicamentos.

El 12% restante corresponde a pagos por servicios hospitalarios, informó el director del Cendex, Fernando Ruiz.

En cuanto a los dineros que las familias deben sacar para el sostenimiento y otros pagos, el estudio identificó que por lo menos el 40,4% de los ingresos los deben destinar para compras de alimentos.

Así mismo, otro 18,2% del dinero percibido mensualmente lo invierten en el pago de los servicios públicos; un 16,7%, para educación; un 13,1% para arriendo y el 11,6% restante para otros gastos como salud, recreación y vestuario.

Gastos catastróficos

No obstante, hay familias que luego de descontar el dinero invertido en la compra de alimentos, de la plata que les queda deben gastar más del 20% para pagos relacionados con salud, lo cual se considera ya como un «gasto catastrófico», explicaron Ruiz y la investigadora Liliana Amaya.

El estudio identificó, precisamente, que el 4,9% de los hogares bogotanos (unas 104 mil familias) tienen esos gastos catastróficos.

«Son familias que tienen amenazada su estabilidad financiera por causa de la salud», apuntó Ruiz.

Es así como el estudio indicó que de este grupo de hogares, por lo menos el 34%

«entró en estado de empobrecimiento debido a los gastos en salud».

Entre los hogares con gastos catastróficos, el 39% de las cabezas de familia no tienen empleo, el 33% está en la informalidad, y el 28% no trabaja, según la investigación.

La proporción de hogares con gasto catastrófico disminuye a medida que aumenta el nivel de ingreso: el 5,9% de familias pobres tienen ese problema, mientras que sólo se presenta en el 3% de aquellas que son de estratos altos.