La Comisión Europea presenta los resultados de la investigación abierta en 2008 para determinar si existen o no prácticas anticompetitivas que frenan la salida de genéricos.
Existe una gran expectación por saber hasta dónde llegará la comisaria europea de Competencia, la holandesa Neelie Kroes, en su informe final sobre el sector farmacéutico. Mañana miércoles presenta los resultados de la investigación abierta en enero de 2008 para dilucidar si algunos laboratorios han bloqueado o no la comercialización de medicamentos genéricos más baratos.
La Dirección General de Competencia puso en evidencia en su informe preliminar de noviembre de 2008 que existían retrasos en la comercialización de una muestra de 219 moléculas que perdieron su patente entre 2000 y 2007 en 17 países, que han impedido a sus gobiernos, incluido España, el ahorro de cerca de 3.000 millones de euros.
Competencia podría además señalar con el dedo qué laboratorios han retrasado o bloqueado la entrada en el mercado de medicamentos competidores, con prácticas que incluyen acuerdos entre compañías, la interposición de recursos o solicitudes de patentes múltiples para el mismo medicamento. En uno de los casos, por ejemplo, una farmacéutica habría presentado hasta 1.300 solicitudes para un solo fármaco.
La investigación puede dar así paso a la apertura de expedientes individuales contra las grandes multinacionales del sector, tanto de fabricantes de marcas como de genéricos, después de que los sabuesos europeos irrumpieran en las sedes de media docena de compañías –entre otras, Pfizer, GlaxoSmithKline, AstraZeneca, Sanofi-aventis o Teva- en busca de documentos comprometedores que prueben las sospechas de Competencia.
Las consecuencias de estas prácticas son importantes también para los pacientes y los contribuyentes, según destaca la Comisión, ya que la entrada de los genéricos en el mercado reduce los precios de los medicamentos. “Por término medio, los productos genéricos tardaron unos siete meses en incorporarse al mercado sobre la base de la media ponderada, e incluso los medicamentos más vendidos se enfrentaron a un retraso medio de cuatro meses”, asegura Competencia. Esta estrategia supuso una pérdida de ahorros de aproximadamente 3.000 millones de euros para los sistemas de salud entre 2000 y 2007.
La actuación de Bruselas debe servir para poner orden en este sector y aclarar de una vez por todas el confuso marco legal en el que se desenvuelven estas empresas que mueven 214.000 millones de euros en Europa y son uno de los pilares de la economía europea al emplear al 10% de la población activa europea.
Elsemanaldigital.com 7 Julio, 2009